Los 200 países participantes en la cumbre del clima de Glasgow acuerdan la “disminución gradual” del carbón, pero los objetivos se quedan lejos de conseguir la neutralidad energética

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), conocida popularmente como cumbre del clima, ha concluido con la elaboración de un documento final que muestra algunos avances en materia medioambiental. Tras días de largas discusiones entre los casi 200 países que acudieron a la cumbre, los acuerdos firmados traen cambios en materia de transición energética. Sin embargo, dichos cambios son menores de los esperados en un momento. El documento firmado tampoco tiene ninguna trascendencia jurídica, pero las Naciones Unidas confían en que los acuerdos permitan establecer una “agenda global contra el cambio climático” para la próxima década.

El principal acuerdo al que se llegó entre los 200 países participantes fue el compromiso de limitar el calentamiento global a un máximo 1,5ºC. Para conseguirlo, los mandatarios se han emplazado al año que viene para consensuar nuevos acuerdos. Sin embargo, algunos de ellos ya se han explicitado durante la cumbre del clima de este año.

Un primer compromiso para la “disminución gradual” del carbón como fuente energética

El principal punto de discusión entre los países miembro se encontró en el sistema energético. Y más particularmente en el uso del carbón como fuente de emisiones de CO2. Según estimaciones de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), la quema de carbón es la responsable del 40% de las emisiones de CO2. La ONU era consciente que la eliminación del carbón como fuente de energía era central para conseguir una transición energética a nivel global.

Y a pesar de las reticencias, sobre todo de la India y la China, se consensuó un documento donde los países se comprometen a “reducir gradualmente el uso del carbón como fuente de energía y los subsidios a los combustibles fósiles ineficientes”. El documento inicial instaba a los países a “eliminar” el uso de carbón. Sin embargo, el compromiso actual solo menciona una “reducción gradual”, que todavía está por ver cómo se materializará.

Por otro lado, en el acuerdo firmado en la cumbre del clima también se solicita a los países a actualizar sus metas de reducción de carbono para 2030 en el próximo año.

Los compromisos actuales no serán suficientes para limitar el calentamiento global

Las Naciones Unidas concluyen que el planeta necesita reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en cerca de 27.000 millones de toneladas métricas al año. Un volumen imprescindible para limitar el calentamiento global a 1,5ºC, según las estimaciones de la iniciativa Climate Action Tracker. La iniciativa lamenta que los acuerdos alcanzados en la cumbre del clima de este año apenas permitirán reducir una cuarta parte de esta cantidad.

Más allá del débil compromiso de reducir el uso del carbón como fuente energética, el otro pequeño triunfo de la cumbre lo encontramos en las ambiciones para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. El documento insta a los países a mejorar sus objetivos de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para 2022. Antes de la cumbre, los países no tenían que revisar sus objetivos hasta 2025. De esta forma, la cumbre del clima de Glasgow ha permitido ganar tres años a la reducción de emisiones.

El uso de energías renovables crece en Europa, pero no lo suficiente

Un informe de las compañías de análisis de energía Ember Climate y AgoraEnergiewende sostenía que en 2020 las fuentes energéticas renovables produjeron el 38% de la energía consumida en Europa. Una cifra potenciada principalmente por la generación de energía eólica y la solar, que subieron un 9% y un 15% respectivamente en 2020.

Sin embargo, el incremento en el consumo de este 2021 debido a la finalización de las restricciones de la Covid-19, junto al tensionamiento del mercado eléctrico, ha llevado a un nuevo auge del consumo de combustibles fósiles. Según la AIE, a nivel global el uso de carbón crecerá un 5% este año, y un 3% en 2022. Unas previsiones que chocan con los acuerdos firmados en la cumbre del clima de Glasgow.

En el caso de Europa, la Unión Europea pactó a principios de año elevar hasta el 55% la reducción de emisiones de CO2 para 2030. Un acuerdo que puede servir para la cumbre del clima del año que viene, pero que deberá ser revisada si se quieren conseguir los objetivos de limitación de calentamiento global.

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