Definimos las comunidades energéticas como aquellas asociaciones de personas, hogares, empresas o instituciones que se unen para desarrollar proyectos energéticos locales. Dicho en otras palabras, son entidades jurídicas formadas por socios que generan y consumen su propia energía.

Una comunidad energética puede estar formada por vecinos de un barrio, propietarios de viviendas, agricultores o empresas locales interesadas en la producción y consumo de energía renovable. Más allá de una rentabilidad financiera, su objetivo es claro: generar energía limpia y sostenible de manera colectiva, promoviendo la eficiencia energética y reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero.

Aunque estas son una pieza clave para avanzar en la transición energética y la lucha contra el cambio climático, siguen encontrándose con muchas trabas para funcionar con normalidad. Hoy en Barney&Co queremos contártelo todo sobre ellas 😉

¿Qué tipo de comunidades energéticas hay?

Tal como recoge el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030 de España, las comunidades energéticas se dividen en dos formas jurídicas:

  • Comunidades de energías renovables: compuestas por personas físicas o jurídicas que se asocian para desarrollar proyectos de energías renovables en su proximidad, con el objetivo de obtener beneficios económicos, medioambientales o sociales.
  • Comunidades ciudadanas de energía: compuestas por personas físicas que se asocian para producir, consumir y gestionar su propia energía renovable, con el fin de reducir su dependencia energética y promover la transición hacia un modelo energético más sostenible.

¿Cuáles son las principales actividades de una comunidad energética?

A grandes rasgos, las comunidades energéticas pueden:

  • Generar energía que proceda de fuentes renovables.
  • Proporcionar servicios de eficiencia energética (incluyendo, por ejemplo, renovaciones de edificios).
  • Suministrar, consumir, almacenar y distribuir energía limpia.
  • Prestar servicios de recarga de vehículos eléctricos o de otros servicios energéticos.

De hecho, cuando hablamos de autoconsumo, conviene recordar que, aunque la energía solar es una de las fuentes más utilizadas para el consumo propio, existen otras opciones muy eficientes como la energía eólica y la biomasa.

¿Qué beneficios tienen?

Es una realidad: las comunidades energéticas tienen múltiples ventajas ambientales, económicas y sociales. Según el informe ‘Community Energy: A practical guide to reclaiming power’, sus ventajas pueden resumirse en:

  • Abandono de las energías fósiles y reducción de la huella de carbono
  • Mayor eficiencia en el consumo, sobre todo, en aquellas comunidades que tengan como objetivo mejorar la distribución y reducir el gasto.
  • Alternativas de inversión colectiva para el desarrollo de las energías renovables.
  • Implantación de renovables desde el respeto y el compromiso de la comunidad.
  • Posible solución a la pobreza energética; pueden favorecer precios más bajos para los vecinos con menos recursos.
  • Desarrollo de la economía local.
  • Fortalecimiento de los lazos de la comunidad.
  • Redistribución de los beneficios, que revierten en su mayoría en la comunidad local.

¿Cuáles son las distancias para poder crearlas?

En las Comunidades de Energías Renovables existe una distancia máxima entre el centro de producción y los lugares de consumo. Aunque inicialmente esta distancia era de 500m y luego pasó a 2km, ahora dependerá de la población del municipio o municipios en los que se desarrolle su actividad:

  • En municipios de hasta 5.000 habitantes, si eres propietario de un bien inmueble, tienes tu residencia habitual o eres titular de un punto de suministro, puedes participar en una Comunidad de Energías Renovables de tu municipio. Incluso puedes hacerlo en un municipio directamente colindante, si la población conjunta de los municipios participantes no supera los 50.000 habitantes.
  • Cuando la población es de entre 5.001 y 50.000 habitantes, y cumples los requisitos mencionados (propietario de inmueble, residencia habitual o titular de suministro), puedes participar en una comunidad energética de tu municipio.
  • Y si tu municipio tiene más de 50.000 habitantes y cumples los requisitos, debes encontrarte en un radio máximo de 5km del emplazamiento del primer proyecto finalizado de la Comunidad de Energías Renovables.

¿A qué retos se enfrentan las comunidades energéticas?

A pesar de sus múltiples beneficios, las comunidades energéticas en España se están encontrando con algunas trabas para poder funcionar con normalidad: la dificultad para recaudar finanzas por adelantado de los ciudadanos, pymes o autoridades locales; la escasa experiencia para resolver barreras administrativas, la falta de proyectos, la falta de apoyo por parte de las comercializadoras

De hecho, hasta hace muy poco las comunidades energéticas en nuestro país no contaban con un marco normativo y regulador definido. Ha sido este verano cuando el Gobierno les ha otorgado entidad jurídica en un paso significativo hacia la democratización de la energía.

Gracias a esto, ahora los socios o miembros de las Comunidades de energías renovables ya cuentan con los derechos y obligaciones de los sujetos del sector eléctrico previstos en la Ley 24/2013 y en su normativa de desarrollo.

Y, para acabar, solo un dato: ¿sabías que los expertos auguran que las comunidades energéticas podrían cubrir el 60% de la demanda eléctrica total de España?

Son la tendencia del futuro.

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