En plena era de la eficiencia energética, todavía existen muchas creencias erróneas que afectan al comportamiento de los consumidores y a su bolsillo. Adoptar medidas basadas en información incorrecta no solo impide ahorrar, sino que a veces puede generar un mayor gasto. Hoy en Barney&Co desmontamos algunos de los mitos más comunes sobre el consumo energético en hogares.
- “Dejar los aparatos en stand-by no consume energía”
Falso. Aunque el consumo en modo reposo es bajo, los dispositivos en stand-by siguen consumiendo electricidad. Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), este gasto puede representar hasta el 10% de la factura anual en una vivienda media.
Solución: Usa regletas con interruptor para apagar completamente los aparatos cuando no se estén utilizando, especialmente televisores, routers, equipos de sonido o microondas.
- “Los cargadores no enchufados al móvil no consumen energía”
Incorrecto. Aunque el consumo es mínimo, un cargador conectado a la corriente sigue absorbiendo electricidad aunque no esté cargando ningún dispositivo. Además, algunos modelos antiguos pueden deteriorarse si permanecen enchufados constantemente.
Solución: Acostúmbrate a desenchufar cargadores cuando no estén en uso o utiliza enchufes inteligentes que los desconecten automáticamente.
- “Cuanto más potencia contratada, mejor”
Este es uno de los errores más frecuentes. Contratar más potencia de la necesaria no mejora el servicio, solo incrementa la parte fija de la factura. La potencia contratada debería ajustarse al uso real de los electrodomésticos de tu hogar o negocio.
Solución: Consulta el histórico de picos de potencia o solicita a una consultoría energética como nosotros un estudio para ajustarla sin riesgos de cortes.
- “Las bombillas LED son caras y no se nota la diferencia”
Es cierto que las bombillas LED tienen un precio inicial más alto que las tradicionales, pero también consumen hasta un 80% menos y duran entre 10 y 15 veces más. El ahorro acumulado a lo largo de su vida útil supera ampliamente su coste.
Solución: Sustituye progresivamente tus bombillas por LED y opta por modelos regulables o con sensores de presencia en zonas de paso.
- “Es mejor lavar la ropa con agua caliente”
No necesariamente. Los detergentes actuales están diseñados para funcionar eficazmente en frío. Utilizar ciclos de lavado a 30 °C o menos reduce significativamente el consumo del electrodoméstico, ya que el 80-90% de la energía se destina a calentar el agua.
Solución: Usa programas ECO y agrupa cargas completas. Así optimizas el consumo sin perder eficacia.
- “Apagar y encender luces consume más que dejarlas encendidas”
Este mito viene de tecnologías antiguas como las lámparas fluorescentes. Con las bombillas LED o de bajo consumo, el encendido inmediato no genera un pico relevante de energía. Dejar una luz encendida innecesariamente es siempre una pérdida.
Solución: Apaga siempre las luces cuando salgas de una habitación, incluso si solo es por unos minutos.
En definitiva…
El ahorro energético empieza por la información. Muchos de los consejos que circulan en redes sociales, blogs o incluso entre familiares, carecen de base técnica. Asesorarse con profesionales del sector es clave para tomar decisiones realmente eficaces.